La segunda semana del Juicio contra tres militares y dos civiles por el caso del secuestro, torturas y asesinato, del Abogado Laboralista concluyó con nuevas implicaciones entre militares, policías y civiles, un “falso testimonio” y amenazas sobrevolando el ambiente del juicio.
El día Jueves 16 de Febrero, tercera jornada del juicio, cerca de las doce, la primera en prestar declaración fue Ana María Pozal, que adelantó su declaración al haber informado que recibió dos amenazas, una telefónica y otra vía mensaje de texto, que le advirtieron que se callara.
Ella era la hija de la encargada de la Cantina de los Cardos, lindera de la Quinta de los Méndez, que declaró que durante los 4 días que duró el secuestro de Moreno, el movimiento en esa quinta era constante, con autos y camiones entrando y saliendo, "por las noches se escuchaban gritos, pedidos de auxilio, se escuchaban los lamentos de un hombre y dos voces femeninas. Eso duraba hasta la madrugada”. Por su trabajo decidió hablar con la comisión directiva del Club Los Cardos para ver si tomarían alguna medida y ellos le recomendaron que se callara y que no se metiera.
Al tercer o cuarto día, no precisó, pero recordó que volviendo de la ciudad escuchó una balacera prolongada y por miedo decidió ocultarse hasta que todo terminara. Al otro día, comentó que la quinta fue abandona y que junto con miembros de la comisión directiva del Club inspeccionaron la residencia que la describió como de “dos habitaciones, una galería, un baño y una cocina. Había elásticos en la cama, parados sobre cajones de fruta, goma en las puntas como para atar manos y pies, y sobre los enchufes cables y un hierro. Ahí supimos que habían torturado gente (…) También había gasas ensangrentadas, jeringas, remedios, un saco de hombre y un par de anteojos".
Luego de ser aplaudida por los presentes, el siguiente en sentarse a declarar fue Roberto Pérez que declaró que el 4 de mayo escuchó cuatro tiros y vio como una persona escoltaba a un hombre desarreglado y lastimado, que luego reconoció al ver la foto de Moreno. El señor Pérez fue uno de los que también realizaron la denuncia policial junto a Bulfoni y a Marchioini.
Luego de un breve cuarto intermedio se convocaron a declarar a tres policías de la Comisaría Primera de la ciudad de Tandil. El primero en dar testimonio fue José Juárez, policía de la Bonaerense retirado, que al “no recordar” su declaración del 77´ pero si la descipción de Ojeda, diametralmente opuesta a lo que habia declarado y no reconocer su propia firma de la misma declaración quedó a disposición del Juzgado Federal de Azul, quedando preso en la Comisaria Primera por falso testimonio.
El otro policía que fue llamado como testigo es Fernando Sánchez que dijo que al llegar a la quinta de los Mendéz, luego de que los vecinos hicieran la denuncia sobre los hechos de la noche de 4 de mayo, se encontró con un civil que se identificó como Cabo Ojeda. Al comunicarse por radio con el comando militar le confirmaron que era soldado y que estaba haciendo ejercicios militares, y le ordenaron que lo deje en libertad.
Por último Alfredo Menéndez, comisario de la Seccional Primera de policías en ese entonces declaró que dependían directamente del Ejército detallando que “Tomassi era jefe del área, mientras que Pappalardo jefe de operaciones”. También confirmó que ellos manejaban información de que el Ejército estaba realizando “ejercicios” en la zona.
Cerca de las 20 horas tocó el turno de uno de los testigos claves y fue la declaración de Nelly María Bulfoni, hija del vecino que recibió en primer momento a Moreno. Ella declaró que “cuando regreso a casa me entero que se había acercado un hombre, a pedir agua y auxilio, que dijo llamarse Moreno”, y que “le pidió a mi padre entrar a la vivienda, pero no se lo permitió y le dijo que cuando yo llegara íbamos a realizar la denuncia”. Ella vio como un hombre le disparaba a otro y que cuando quisieron socorrerlo, el que tenía el arma en la mano, les dijo que no hagan nada que era un “guerrillero”. La testigo declaró que inmediatamente fueron a la comisaria a hacer la denuncia.
Confirmó que al día siguiente la quinta fue abandonada y que junto a su padre fueron a verla encontrando camas con elásticos de metal, cables en el piso y algodones con sangre y una larga mesa.
Fue la última testigo del día y se impuso un cuarto intermedio hasta las 8:30 del Viernes 17 que empezaría la cuarta jornada.
En esta ocasión los militares Tomassi y Pappalardo no presenciaron las declaraciones de los testigos al presentar un parte médico que los eximió de estar presentes.
Los primeros en hablar fueron los hermanos Landaburu, Carlos y Luis Horacio, que en la noche del 4 de mayo de 1977, encontrándose en un kiosco céntrico fueron interceptados por la policía que los requería como testigos presenciales.
Fueron llevados a la quinta de los Méndez, donde alumbrados por linternas, ingresaron a una habitación donde sólo pudieron ver manchas rojas en las paredes y unos colchones tirados. Inmediatamente, según los testigos, son llevados a la Comisaria 1º donde les hacen firmar dos declaraciones que nunca pudieron leer y que informaban que no habían visto nada anormal. Ahí “o firmabas o firmabas” dijeron los testigos. Carlos Landaburu infirió que estaba Emilio Mendez en la Comisaría en el momento de firmar esa declaración inventada. Una de las tres declaraciones que se labraron en la Comisaría en ese día está firmada por un “E. Mendez”.
Luego de estas declaraciones le tocó el turno a Estela Marís Bassi, autora del libro “La Piedra que late” sobre las desapariciones en Tandil y en la zona. Declaró que a partir de la escritura del libro pudo entrevistar a todos los testigos oculares del caso Moreno, sobre todo a Miguel Marchioni, que nunca declaró ante la justicia por miedo, también entrevisto a la Cantinera del Club los Cardos Petronella Posal. Ambos testigos le dijeron lo que hasta ahora todos los testigos que se presentaron a la justicia han declarado.
Después de hablar de supuestos fraudes que involucraban a Emilio Mendéz en la dirección de la Usina Popular de Tandil y de hablar de las relaciones e influencias que los hermanos Mendez tenían, confirmó el testimonio de Marchioni que fue amenazado por el Teniente Mur, Julio Zanatelli (ex intendente de la ciudad) y Emilio Mendez, que le aclararon por mayo del 77 que se callara o lo iban a matar e él y a toda su familia.
Daniel Angel Posal, hijo de los cantineros de los Cardos también declaró en la causa confirmando las declaraciones de su madre y de su hermana y dijo haber visto en varias oportunidades a los hermanos Méndez en el lugar. Según el testigo luego de los sucesos fue a visitar la quinta y encontró las camas, los cables, las gasas con manchas de sangre que los demás testigos dijeron ver. Por último dijo que juntó unos anteojos, unas gasas y un papel con un número de teléfono que escondió.
Los últimos dos testigos de la cuarta jornada fueron los reconocidos abogados tandilenses Osvaldo Gutierrez y Juan Pedersoli, quienes firmaron el pedido de Habeas Corpus de Moreno en el Colegio de Abogados de Azul.
Osvaldo Gutierrez fue testigo presencial de la denuncia formulada en la Comisaría Primera por parte de Marchioni y Bulfoni la noche del 4 de mayo y al interesarse por el tema, el Comisario Alfredo Menendez le dijo, en secreto, "envié a mi gente al paraje Los Laureles pero otra fuerza me los mandó de vuelta", confirmándole al mismo tiempo que algo había pasado. Declaró que inmediatamente avisa al Colegio de Abogados de Azul lo sucedido.
Juan Pedersoli, dirigente justicialista de la Ciudad, confirmó los dichos del abogado Gutierrez y que una vez enterado de lo sucedido se dirigió al Jefe del Ejército de Tandil para preguntar sobre la situación de Moreno y no tuvo respuesta.
Por último se espera la declaración de uno de los testigos más importantes hasta el momento, que por detalles técnicos no se ha podido concretar. Se trata de la persona que acompañó a la esposa de Moreno durante mayo del 77´ para reconocer el cuerpo en la Plata y que en la actualidad vive en el exterior. Se espera poder recabar este testimonio a partir de una video-conferencia que el Ministerio Público Fiscal está intentando de organizar.
Los testimonios continuaran este Jueves 23 de Febrero, en el Aula Magna de la UNICEN a partir de las horas de la mañana. Para ingresar a la sala y observar este juicio público, hay que llevar el DNI y presentarlo en el ingreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario